Mitos y realidades que todo líder debe saber sobre el coaching

Una nueva cultura de coaching constituye una ruta para liberar el potencial de liderazgo latente en los directivos de una organización y refuerza su ejercicio donde ya existe.

El éxito en las organizaciones productivas está cada vez más estrechamente relacionado con la forma en que los directivos piensan, deciden e interactúan todos los días. 

La cultura de liderazgo predominante en este momento en el ámbito de las corporaciones, se basa en el desarrollo de habilidades necesarias para conducir con efectividad a los colaboradores hacia los resultados que se espera que produzcan. Sin embargo, haciendo una reflexión hacia el interior de una organización, cabe preguntarse: ¿Las habilidades de los ejecutivos corresponden a la situación dinámica del negocio moderno o se basan en los antiguos supuestos, rígidos y simplistas?, ¿Los líderes de su negocio enfrentan el desafío recurrente de responder en forma pragmática a tendencias y presiones revolucionarias en el mundo laboral?, quienes toman las decisiones estratégicas en su grupo, ¿Han hecho del aprendizaje de por vida un modelo de paradigma?.

La disciplina que faculta personal y profesionalmente a los líderes para enfrentar con éxito los desafíos anteriores, es el coaching. La herramienta de desarrollo ejecutivo más difundida en las últimas décadas, que debido a su propagación, ha llegado al grado en que se han desvirtuado sus principios y técnicas.

Existen prácticas engañosas, fantásticas o esotéricas, que aunque muy poco o nada tienen que ver con el método profesional, sí confunden y enturbian la pauta de conocimiento, actuación y compromiso particular que empodera a un líder en una organización.

En este sentido, es importante desmitificar algunas apreciaciones sobre el tema. LO QUE SÍ ES… En los últimos años, diversos expertos en la materia han considerado algunas apreciaciones con respecto a la realidad del coaching, entre las que destacan las definiciones siguientes: De acuerdo a Talane Miedaner “Coaching es el proceso personalizado y confidencial que provee al líder de las técnicas para lograr el éxito y hacer que suceda todo aquello que siempre ha deseado, por medio de la cobertura del vacío existente entre lo que actualmente es y lo que siempre ha soñado ser”.

Por su parte Menéndez y Worth, lo destacan como: “El conjunto de técnicas que permiten al entrenado –coachee- avanzar en la vida, ya sea profesional o personalmente, porque no cuenta lo que sabe sino la manera en que aplica los conocimientos y las habilidadesque desarrolla, para lograr los resultados deseados”.

Finalmente, John Withmore lo describe como: “Liberar el potencial de una persona para incrementar su desempeño al máximo”.

Y LO QUE NO

Dichos autores también han abundado acerca de lo no debe ser considerado como coaching, destacando las siguientes apreciaciones:

1. No es la panacea para remediar los males estructurales de la organización

2. No es capacitación o entrenamiento para el trabajo

3. No es consultoría sobre los procesos productivos de los negocios

4. No es terapia para ajustar desórdenes de la conducta o carencia de motivación

5. No es mentoring o tutoring para acceder a nuevos planos de eficiencia laboral

Con base en estos conceptos, todo líder debe partir de que el proceso del Coaching Ejecutivo, puede destacarse en cuatro fases:

1. Horizonte.- Encuadre centrado en propósitos y compromisos del coachee

2. Estructura.- Fortalecimiento de la “Columna vertebral” de valores, hábitos y creencias

3. Entorno.- Conciencia del enfoque de pensamiento -operativo-táctico-estratégico-

4. Gestión.- Modificación de estilo y modelo de actuación

COMPETENCIAS DEL COACH

Como en toda disciplina hay ciertas habilidades por las que se puede reconocer a un coach profesional, entre el bagaje de competencias que en el proceso de acompañar a una persona a conseguir resultados de orden superior, podemos destacar las prácticas siguientes:

· Escucha, analiza y realiza preguntas poderosas

· Desvela el potencial que tiene el coachee a través de la reflexión

· Ayuda al coachee a generar nuevos sentidos y a modificar el tipo de observador que es

· Indaga, sugiere interpretaciones y plantea posibilidades de ejecutar determinadas acciones

· Facilita el cambio de creencias personales y de modelos o patrones mentales que bloquean

· Provoca compromisos que ayuden a llegar a la mejor acción y a desempeñarse con efectividad

Sin duda el coaching inspira de forma práctica una nueva cultura en la vida corporativa por lo que antes de buscar uno para su organización, todo líder debe reconocer con antelación que: la gestión creativa e innovadora ha desplazado en definitiva a la administración rutinaria y pasiva, que las compañías inspiradas son ganadoras y que las empresas necesitan menos directivos y más líderes. 

Por: José Luis Tovar Experto en Capital Humano en EBC EduCorp

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