10 pasos para trabajar en el empoderamiento de la mujer más allá del 8 de marzo

A pesar de haber alcanzado un grado importante de modernidad, innovación y racionalidad en los diferentes espacios organizacionales, hoy en día grandes empresas de múltiples sectores tienen dentro de sus consejos y comités de Dirección a muy pocas (o casi ninguna) mujer.

Además, aún en pleno siglo XXI existen empresas que siguen manejando una abrumadora desigualdad salarial y cultural entre trabajadores y trabajadoras, y que no están invirtiendo esfuerzos en la eliminación de los obstáculos que impiden una mayor participación económica, política, cultural y social de las mujeres en los lugares de trabajo.

Es por eso que existen diferentes actividades, programas, regulaciones y modificaciones que podrías estar realizando en tu organización para tener un espacio equitativo, responsable y comprometido con tus colaboradoras. A continuación, conoce estas acciones y comienza a trabajar en ellas.

  1. Busca siempre maneras de amplificar la voz femenina.

Aunque parezca una acción muy lógica, en muchos lugares siguen predominando las opiniones y contribuciones masculinas muy por encima de las femeninas.

Es por eso que hay que brindar oportunidades para que la expresión en público de las empleadas sea un hábito, tanto interna como externamente; y no solo eso, debemos de asegurar que sus ideas tengan reconocimiento para evitar que otra persona tome el crédito.

  1. Revitaliza la figura femenina como líder.

Estamos rodeados de narrativas donde el varón es aquel que tiene que tomar las riendas del liderazgo y la dirección, y justo por eso ésta es una idea muy difícil de combatir.

Por ello hay que poner énfasis a la hora de integrar dentro de la cultura organizacional un esquema de liderazgo diverso. Se puede reforzar invitando mujeres inspiradoras a dar pláticas (donde asistan hombres y mujeres) o rechazando cualquier tipo de sociedad, invitación, panel o difusión en donde no estén involucradas mujeres.

  1. Elimina lineamientos sexistas.

Revisa los diferentes esquemas de comportamiento y vestimenta, ya que estos podrían incurrir en estereotipos sobre las actitudes que “deberá” de desempeñar cada colaboradora. Elimina aquellas normas que busquen una vestimenta específica (faldas, tacones, camisas blancas) o que regulen el comportamiento de manera sexista (lenguaje, postura, actividades y deberes fuera de contexto, etc.).

  1. Otorgue flexibilidad

La flexibilidad y un sentido de autonomía son cruciales, especialmente para las madres con niños pequeños. La empresa es responsable de permitir que las madres y los padres encuentren un equilibrio funcional entre su vida laboral y su hogar.

Una visión y respeto compartidos por los padres en su empresa permitirá que todos los empleados sepan que serán valorados con respecto a las decisiones que tomen familiarmente.

  1. Reconocimientos integrales para mujeres

Los criterios de evaluación basados en el rendimiento y la capacitación también son esenciales en el lugar de trabajo. Esto elimina los estereotipos sobre cómo deben comportarse las mujeres y lo que deben hacer para ser vistas como competentes en comparación con los hombres.

Asegúrese de que las mujeres de alto rendimiento en su lugar de trabajo sean reconocidas equitativamente en su planificación de sucesión (plan de carrera) y aliente a las mujeres a buscar oportunidades en todos los niveles de la escala corporativa.

  1. Mujeres en puestos ejecutivos.

Nada mejor para una empresa que una dirección pensada desde la diversidad. La perspectiva, liderazgo e innovación de una directora siempre refrescara los procesos y cubrirá las necesidades del sector femenino de verse representadas por un igual.

Promueva la igualdad de género asegurándose de que las mujeres con las capacidades necesarias reciban recompensas en el lugar de trabajo y sean promovidas a los puestos directivos importantes.

  1. Todo empieza en el reclutamiento.

Los empleadores también deben revisar sus criterios de selección de promoción, garantizar su igualdad y garantizar la transparencia y la equidad. Los procesos y las tasas de promoción deben ser monitoreados y medidos de manera rutinaria para abordar y nutrir áreas donde las mujeres están subrepresentadas.

  1. Equidad salarial y de privilegios.

La disparidad salarial debe eliminarse y los empleados deben recibir un pago justo y equitativo en función de las calificaciones, la experiencia y el rol, y no en función del género.

Al igual, el trato deberá ser neutral con respecto a cuestiones de género, y no deberán de existir remuneraciones morales o privilegios de ninguna índole para los miembros de un género en específico.

  1. Políticas incluyentes.

Invertir en políticas y programas de mejora para el lugar de trabajo que favorezcan el avance de las mujeres a todos los niveles y en todos los sectores económicos.

Lo ideal es integrar un comité que se encargue de valorar estas políticas y constantemente actualizarlas en favor de las colaboradoras.

  1. Elimina cualquier rastro de la diferenciación de sexos

Muchas de las problemáticas surgen en primera instancia en el momento en que existe una separación entre hombres y mujeres; a partir de esto, se generan los privilegios masculinos, desigualdad y violencia simbólica hacia la mujer. Deja de pensar en tus colaboradoras como mujeres, y comienza a pensar en ellas como personas.

Las compañías son las responsables de darles a las mujeres oportunidades de ser escuchadas y respetadas, así como abogar por ellas en todos los niveles de negocios para asuman diferentes roles de liderazgo.

Es necesario comenzar hoy para garantizar que las políticas y objetivos empoderen a las mujeres en su lugar de trabajo. Crea un campo de juego equitativol para hombres y mujeres.

Misael Flores, Jefe Editorial en Forward

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