El rol que juegan las prestaciones e incentivos ante la emergencia mundial

El home office se ha convertido en una alternativa que disminuye acudir a los lugares de trabajo. Hoy en día,  esta tendencia aplica  en muchas empresas para evitar la propagación del COVID-19 al interior de éstas; además de reducir la contaminación,  evita la aglomeración de personas en transporte público y su exposición al contagio directo.

De acuerdo con diferentes estudios, trabajo en casa podría aumentar el rendimiento de los colaboradores hasta en un 20%, por lo que hoy las empresas están frente a una oportunidad inigualable para redefinir sus esquemas laborales, para áreas no críticas de su operación y medir los beneficios que se pueden lograr tanto en productividad como en Calidad de Vida; la Secretaría del Trabajo señala que el 70% de las actividades laborales en México tienen la posibilidad de llevarse a cabo en esta modalidad.

De acuerdo con un estudio publicado en The Journal of Occupational and Environmental Medicine, las empresas que se centran en el bienestar y la seguridad de sus colaboradores, tienden a superar de manera sistemática su valor de mercado.

Algunas organizaciones están optando por apoyar a los trabajadores afectados por esta situación, con el uso de o aumento de saldo en monederos electrónicos de despensa, con la finalidad de que administren sus finanzas y los ayude a cuidar y proteger la salud del personal, así como contribuir a que el consumo interno se mantenga estable.

No obstante, la emergencia que atraviesan muchos países también plantea nuevas problemáticas, como el mantener los puestos de trabajo y continuar con el pago de la nómina, a pesar del paro de actividades, por ejemplo: los restaurantes o PyMes que no pueden cambiar su lugar de trabajo y tienen ingresos reducidos, o aquellas compañías que no cuentan con infraestructura o tecnología necesaria que mejore la eficiencia del trabajo en cualquier otro espacio que no sea la oficina.

Es importante crear experiencia de trabajo personalizada o buscar lo que los trabajadores requieren en esos momentos de cambio. Es una oportunidad para que las organizaciones tengan un impacto positivo y duradero que los diferencie de la competencia.

La situación es desafiante para cualquier compañía, los líderes de cada una deben transmitir confianza a sus equipos para que entre todos encuentren nuevas ideas y soluciones óptimas que a lo largo de este periodo se volverán un parteaguas en los esquemas de trabajo. Además, cuando una empresa se hace presente en el momento en que sus colaboradores más lo necesitan, se gana lealtad y se genera valor como un empleador responsable.

Roxana Aguirre, directora de Recursos Humanos de Sodexo Beneficios e Incentivos México, indica: “Sabemos que es un tiempo en el que todos debemos colaborar; este tipo de beneficios son una forma para que los empleados sepan que sus empleadores se preocupan por ellos. No se trata solamente de realizar ajustes por obligación o presión gubernamental, sino de hacer sentir a la gente parte fundamental de una familia.”

De acuerdo al estudio global “Workplace Sodexo 2018”, el 73% de los empleados esperan que su organización les ofrezca servicios que faciliten su rutina diaria, por ello uno de los retos de las áreas de recursos humanos es realizar correctamente la ejecución de estos planes para enfocarse directamente en el bienestar de su gente.

En este sentido, las prestaciones adicionales representan más que una opción para retener e incentivar la productividad y la lealtad para obtener mejores resultados, sino que son una muestra del lado más humano de las organizaciones; en un contexto donde ha quedado comprobado que aquellas que se preocupan por la calidad de vida para construir una economía más orientada a las personas son las que se suman a que la situación mejore, sin importar la industria en la que se desempeñen.

Redacción

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