Hablemos de ventaja competitiva

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en su Estudio sobre la Demografía de los Negocios 2020 (EDN), realizado en el periodo de mayo de 2019 a septiembre de 2020, destaca que tras la pandemia “de los 4.9 millones de establecimientos micro, pequeños y medianos, el EDN 2020 estima que sobrevivieron 3.9 millones, que representan el 79.19%, mientras que 1 millón 10 mil 857 establecimientos (20.81%) cerraron sus puertas definitivamente”. Además, en el tercer trimestre del año pasado, realizó el segundo levantamiento de la Encuesta sobre el Impacto Generado por COVID-19 en las Empresas (ECOVID-IE) segunda edición 2020; en la que se menciona que la principal afectación fue la disminución de los ingresos, seguida por la baja de la demanda y la escasez de los insumos y/o productos.

En México la productividad de las empresas se puede medir a través de la medición del Producto Interno Bruto (PIB), mismo que nos muestra el crecimiento económico del país y por ende incluye la competitividad de las empresas mexicanas, lo cual, como menciona Michael Porter “la verdadera competitividad se mide por la productividad”.

Como se puede apreciar en los indicadores antes descritos, el sector de las PyMEs enfrento diversos obstáculos para sobrevivir a la Pandemia, lo que nos lleva a reflexionar sobre la Ventaja Competitiva que éstas tuvieron que utilizar. Una de las características importantes según Porter en la Ventaja Competitiva es la Diferenciación, misma que considera la proposición de valor al cliente (¿por qué comprar nuestro producto?) y las actividades o características únicas que permiten cumplir la proposición de valor. Adicional a estas características considero que la Responsabilidad Social también debe considerarse en las mismas; ya que como sabemos, el COVID-19 vino a modificarnos la perspectiva de vida que teníamos en muchos sentidos, pero también nos brinda la posibilidad de reflexionar, mejorar e innovar buscando actuar con solidaridad, unión y fraternidad para hacer comunidad.

Es necesario que las organizaciones al desarrollar su estrategia de negocio además de considerar a sus compradores, proveedores, competidores, participantes potenciales y productos sustitos consideren brindar soluciones en favor de sus grupos de interés, donde definitivamente entran sus empleados y sus clientes.

Con este panorama, se motiva a que la gestión de las empresas desarrolle nuevos modelos de negocio, considerando en su ventaja competitiva acciones a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, generando un beneficio que brinde empleo y proporcione los medios para configurar, la sostenibilidad de su negocio.

Dra. Lorena Miranda Navarro, Académica de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac México

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