Antes de abrir la computadora, revisar correos o entrar a la primera reunión del día, hay un ritual que millones de mexicanos —y también muchas medianas empresas emergentes— comparten: servirse una taza de café. Más allá de ser una bebida estimulante, ese primer sorbo representa un momento simbólico del arranque laboral, pero también un vínculo social entre compañeros, un espacio para la conversación espontánea y hasta una chispa que puede detonar nuevas ideas o alianzas.
En el Día Internacional del Café, que se celebra el 1 de octubre, vale la pena reflexionar cómo ese hábito cotidiano trasciende el consumo individual: en oficinas, coworkings y espacios híbridos, el café se convierte en un eje silencioso que potencia la productividad, conecta equipos y reconfigura la dinámica de trabajo.
El café no es solo cafeína: es ritual, vínculo y toma de decisiones
1. Consumo creciente en la pausa laboral
Un dato que confirma la relevancia del café en el entorno laboral mexicano proviene del panel Usage & Out-Of-Home de Kantar, que indica que el consumo de café como snack o pausa laboral creció de 14.7 % en 2022 a 16.4 % en 2023.
La mayoría de esos momentos se da acompañado: los mexicanos suelen consumirlo en compañía de 2 a 4 personas, reforzando su papel como excusa natural para conectar con colegas.
Igualmente, el desayuno sigue siendo una ventana clave: el 50 % del consumo se concentra en ese momento.
Otro estudio histórico de Kantar subraya que el trabajo es uno de los contextos donde más ha crecido el consumo de café fuera del hogar (Out-Of-Home).
De hecho, el consumo fuera del hogar representa aproximadamente el 62 % del gasto en café en México, lo que sitúa al entorno laboral como un espacio estratégico para ese mercado.
En ese marco, no es extraño que muchas empresas, incluidas medianas, estén adoptando “coffee corners” (esquinas de café) o lounges dedicados como parte de sus estrategias de bienestar interno: poner una cafetera, buena materia prima y un rincón cómodo puede rendir mucho más que una sala de reuniones formal.
2. El “ritual colectivo” y la cultura organizacional
Según WeWork, ese momento de pausa con café se interpreta como un ritual colectivo que trasciende la cafeína, al actuar como catalizador de ideas y fortalecedor de conexiones. Leydis Castro, People Partner Manager de WeWork Latam, afirma:
“El café es un catalizador de ideas, un motor que activa el rendimiento y un pretexto para iniciar conversaciones que, muchas veces, se transforman en grandes proyectos”.
Esa visión no es retórica: en espacios de coworking, donde conviven gente de distintos proyectos y empresas, las pausas se transforman en oportunidades de networking —incluso entre desconocidos—, y muchas veces son el inicio de colaboraciones, alianzas o negocios conjuntos.
Más allá, en el estudio IA y presencialidad: el nuevo panorama laboral elaborado por WeWork y PageGroup, el 67 % de los encuestados en México señala que valora la presencialidad precisamente por la integración de equipo y la comunicación directa. Esa preferencia favorece que espacios comunes donde surgen encuentros informales (como la cafetera compartida) cobren mayor relevancia en la dinámica diaria.
Al mismo tiempo, dicho estudio revela que 54 % de los trabajadores mexicanos prefieren esquemas híbridos. Esa modalidad —que combina días en casa y días en oficina o coworking— hace del café un hilo conductor entre productividad, comunidad y motivación.
Otro estudio previo de WeWork y Michael Page apunta que más del 50 % de los trabajadores considera que el modelo híbrido impacta positivamente en la productividad, creatividad y bienestar mental.
Es decir: los espacios físicos no desaparecen, sino que se reconfiguran como lugares intencionales de conexión. Y ahí, el café tiene un rol privilegiado.
3. El impulso biológico: café como motor cognitivo
No basta con la sociabilidad: el café también tiene efectos fisiológicos medibles. En México, 8 de cada 10 adultos consumen entre dos y tres tazas al día. (Cabe destacar que “adultos” en México refiere a población general, no necesariamente trabajadores; sin embargo, esto da dimensión de su penetración).
La cafeína estimula neurotransmisores como la dopamina y la norepinefrina, lo cual incrementa la rapidez en la toma de decisiones, retrasa la fatiga mental y mejora la memoria de corto plazo. En ambientes de alta demanda cognitiva —como oficinas medianas o coworkings—, esa ventaja es significativa como “combustible creativo”.
De hecho, para muchas personas con rutinas “godín” de oficina, la primera taza representa un ritual indispensable para arrancar con concentración, agilidad mental y empuje para encarar la jornada.
Cabe mencionar que en México el consumo doméstico de café soluble es muy alto: el 84 % de los hogares lo consume —aunque en los últimos años el café tostado y molido ha ido ganando presencia.
Ese dato es relevante si una mediana empresa decide, por ejemplo, elegir dotar de café en casa a colaboradores remotos o híbridos: el familiarizarse con las formas locales de consumo ayuda a diseñar estrategias de incentivos más efectivas.

Oportunidades estratégicas para medianas empresas
Para las PyMEs que buscan fortalecer su cultura, motivación y conexión interna, el café puede dejar de ser una “golosina secundaria” y convertirse en un componente estratégico de gestión del capital humano. Estas son algunas ideas aplicables:
1. Diseñar un espacio de café estratégico
Una “zona de café” discreta pero bien pensada —con mobiliario cómodo, buena iluminación, plantas y acceso fácil— puede ser un punto de reunión espontáneo. No se trata solo de poner una cafetera industrial, sino de crear un ambiente que invite a detenerse unos minutos y socializar.
Ese espacio debe estar cerca de áreas de paso o tránsito dentro de la oficina —por ejemplo, junto a pasillos, salas de espera o comedores pequeños— para incrementar las probabilidades de uso informal.
2. Selección de insumos de calidad
El café es tan bueno como su materia prima. Dotar a la empresa con café de calidad —buena mezcla, grano tostado reciente, molido apropiado o cápsulas excelencia— marca la diferencia en la experiencia del usuario. También es importante proveer alternativas (descafeinado, opciones para dietas especiales) para respetar preferencias.
Para empresas híbridas, también pueden incluirse kits de café para colaboradores remotos, con detalles que refuercen el vínculo con la empresa (taza branded, notas personales, etc.).
3. Microiniciativas sociales
Fomentar dinámicas en torno al café puede transformar esa pausa en un pequeño ritual organizacional:
- “Café con propósito” semanal: un día en que quienes pasan por la cafetería informal conversen sobre un tema específico (innovación, retos del negocio, proyectos compartidos).
- Ruedas de un minuto: intercambio relámpago entre personas de distintas áreas durante la pausa de café.
- Invitar a alguien nuevo: incentivar que cada semana alguien diferente invite a otro colega para charlar frente a la cafetera; esto puede romper silos.
Ese tipo de iniciativas aumenta la probabilidad de que de la charla casual surja un miniproyecto o una colaboración cruzada.
4. Uso de datos y métricas
Para medir el impacto, las PyMEs pueden monitorear algunos indicadores antes y después de la implementación:
- Número de “pausas café” registradas (mediante encuestas internas o apps de espacio).
- Proyectos o iniciativas surgidas en espacios informales.
- Satisfacción del personal respecto al ambiente de trabajo.
- Calidad del ánimo general y percepción de cercanía entre equipos.
Cuantificar, aunque sea de modo básico ayuda a justificar la inversión en infraestructura de café.
5. Vinculación con propósito de marca interna
El café puede reflejar la identidad de la empresa: desde elegir proveedores locales o de comercio justo, hasta comunicar su relación con valores sostenibles, sociales o de comunidad. Esa conexión alimenta el sentido de pertenencia entre colaboradores.
Retos y consideraciones para implementar con éxito
Si bien las oportunidades son claras, también hay retos que toda mediana empresa debe contemplar:
- Costos ocultos: no basta con la cafetera; consumibles, mantenimiento y limpieza representan un gasto constante.
- Mantenimiento: las máquinas requieren mantenimiento periódico para asegurar calidad, higiene y durabilidad.
- Preferencias diversas: no todos beben café, o lo hacen en menor cantidad; es importante respetar y ofrecer alternativas (té, agua infusionada).
- Sobrecarga de pausas: algunas personas pueden abusar de la pausa café como excusa para dispersarse; es útil establecer normas ligeras o límites razonables.
- Diseño del espacio: si no está bien ubicado o no invita al uso, puede quedar subutilizado; por ello, el diseño debe estar alineado con el flujo humano de la oficina.
Con una planificación adecuada, estos retos pueden transformarse en aprendizajes y mejoras resistentes.

Café, presencialidad y el futuro del trabajo (y por qué importa para PyMEs)
El vínculo entre el café y la presencialidad cobra especial fuerza cuando se observa la tendencia laboral global: aunque muchos trabajos se volvieron remotos durante la pandemia, la presencialidad (o al menos esquemas híbridos) ha resurgido con fuerza. De hecho:
- Un artículo de Yahoo Noticias señala que el 48 % de las empresas ha regresado al modelo 100 % presencial frente al 35 % con esquema híbrido.
- En Latinoamérica, más de la mitad de los trabajadores prefiere el modelo híbrido, y entre las principales ventajas de la presencialidad destacan la integración de equipo y la comunicación cara a cara (67 %).
- Dicho de otro modo: los espacios físicos de trabajo se reinventan como puntos de encuentro con propósito, no solo como estaciones de escritorio vacías.
Para las medianas empresas, esto implica una oportunidad: aprovechar esos días presenciales con experiencias positivas, entre las cuales una buena pausa para el café puede marcar la diferencia cultural. En ese sentido, la estrategia no debe pensarse como un “beneficio extra”, sino como un activo cultural con retorno organizacional.
Si te interesa conocer cómo el café se ha convertido no solo en un ritual de oficina, sino también en el eje de nuevos modelos de negocio creativos, te recomendamos leer la nota Emprendimientos en tendencia: Cafés, juegos y creatividad sin alcohol En ella se exploran conceptos innovadores que muestran cómo la bebida más popular en las empresas también está impulsando propuestas de valor distintas, enfocadas en la convivencia, el entretenimiento y la innovación social.
Conclusión
Una taza de café puede parecer un gesto trivial, pero en el entorno de las medianas empresas tiene múltiples capas de valor: es catalizadora de productividad, punto de encuentro informal, semilla cultural y acicate creativo. En un contexto donde la presencialidad y los modelos híbridos reclaman espacios físicos con propósito, esa pausa diaria puede convertirse en un microevento estratégico.
Si en tu mediana empresa aún no se ha considerado el diseño intencional del instrumento más pequeño pero poderoso —la cafetera—, tal vez sea momento de hacerlo. No sólo por el placer del aroma, sino por el poder silencioso de reunir ideas, personas y proyectos en cada sorbo.
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