¿Cómo son las PyMEs que practican la Responsabilidad Social? 

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El tema de Responsabilidad Social no es nuevo ni emergente, sin embargo, ha ganado popularidad en los últimos años, se ha convertido en una tendencia de esas a las que sí hay que sumarse. A la par, las generaciones que habitamos el planeta hemos ido cambiando, hemos retomado poco a poco y entre otras cosas, el sentido de pertenencia a la naturaleza.

 

El dinamismo que caracteriza a las pequeñas y medianas empresas, les da la oportunidad de incorporar de manera paulatina herramientas para conformar su identidad y filosofía

Pero no hemos cambiado solo en ello, también en la forma de relacionarnos, de convivir, y hasta de cumplir sueños. El dinámico avance que ha tenido la tecnología al menos en las últimas dos décadas, ha supuesto una forma de transformación en las generaciones, su comunicación y su forma de ver la vida. Cada generación ha adoptado de forma singular visiones que les encaminan a ser independientes, emprender, y a encontrar un desarrollo personal buscándolo desde el interior.

 

La fusión de estas dos tendencias ha dado como resultado, emprendedores que ponen un sello de Responsabilidad Social a sus proyectos y a sus sueños, buscando realizarlos beneficiando al mayor número de personas posible, al medio ambiente y a todos los que participen en él. Con ello, se han roto paradigmas que se encontraban arraigados en un inconsciente colectivo, en donde la Responsabilidad Social era una tarea solo de las grandes corporaciones, e incluso casi exclusiva de multinacionales, esto aunado a que no quedaban del todo claras cuáles eran las actividades que esta división empresarial debía realizar ni de qué forma.

 

La democratización en el acceso a la información y a las nuevas tecnologías, rompió estos paradigmas corporativistas y ha contribuido a que la Responsabilidad Social sea percibida como una disciplina más cercana y a la que cualquier persona que lo desee se puede sumar. Esta cercanía ha permeado a la sociedad en general y es por ella que hoy es posible encontrar a pequeñas y medianas empresas (PyMES) que adoptan estas prácticas y esta forma de hacer las cosas.

 

Construir una filosofía empresarial sustentada en la Responsabilidad Social, es un aspecto positivo del que las PyMES pueden y han tomado ventaja respecto a su crecimiento ordenado, puesto que este enfoque contribuye a contar con objetivos claros dentro del negocio, además de que resulta un diferenciador para los públicos que están alrededor de la empresa (colaboradores, clientes, proveedores, sociedad en general, etc.), logrando que se involucren de una manera más especial con la empresa, o haciendo una labor de filtro natural en la selección de los mismos.

 

Otro aspecto fundamental que resulta de gran valor al incorporar la Responsabilidad Social en las PyMES, es el aumento de su competitividad, puesto que se requiere la mejora en la calidad de los productos y procesos, lo que impacta en toda su cadena de valor, y se traduce en una mayor lealtad y satisfacción de los clientes, así como una mejora en la percepción de la sociedad en general hacia la marca, producto y/o servicio.

 

En un país donde más del 90% de las empresas que existen son pequeñas y medianas, es fundamental destacar aspectos que pueden hacerlas crecer de manera ordenada, así como ayudarlas a incorporar las mejores prácticas que hoy más que nunca están al alcance de quien quiera tomarlas y echarlas a andar.

 

El dinamismo que caracteriza a las pequeñas y medianas empresas, les da la oportunidad de incorporar de manera paulatina herramientas para conformar su identidad y filosofía, que entre más sólidas sean, pueden contribuir en mayor medida a que la empresa tome un rumbo de crecimiento sostenido y dictado desde las bases, que es como inició la mayoría de las grandes empresas.

 

Resulta un gran reto iniciar una empresa que incorpore la Responsabilidad Social, sin embargo, es una realidad que para los emprendedores, todo el camino que han decidido tomar está lleno de retos constantemente. Por lo que, además de las ganas de sumarse a esta tendencia, hay que visualizar hacia el futuro y saber cómo buscan que sea percibida la empresa en el mediano y largo plazo, y más allá de eso, cómo quieren que sea el aporte que ésta brinde a su entorno. Un gran reto que vale la pena tomar.

 

 

Carmen C. Carranza Pineda.

Maestra en Responsabilidad Social por la Universidad Anáhuac México.

 

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