Por qué tantas empresas familiares fracasan: el verdadero conflicto no es el dinero
El caso de José José, Juan Gabriel y “Chespirito” tiene algo más en común que la fama: sus legados terminaron empañados por conflictos familiares. Aunque el fenómeno suele abordarse desde el espectáculo, detrás de estos pleitos públicos hay una historia que resuena con miles de familias mexicanas que también enfrentan rupturas, juicios y desintegración por no planear adecuadamente la sucesión de sus negocios.
Más del 90% de las empresas familiares en México desaparecen antes de la tercera generación, de acuerdo con un estudio de la consultora PwC. Y aunque solemos pensar que las razones son financieras, el 87% de los fracasos se deben a conflictos internos, según el modelo desarrollado por el experto Jorge Arellano.
La causa de fondo no está en los balances, sino en los vínculos: una herencia que representa más que una propiedad, una decisión que nunca se discutió, un hermano que se siente excluido. En palabras de Arellano, autor del libro Empresas familiares que trascienden, “el verdadero conflicto no es por la herencia, sino por lo que representa”.
El simbolismo detrás de los negocios
“Una casa puede simbolizar el amor de mamá, un taller el esfuerzo del abuelo… y si no se habló a tiempo de quién se quedaría con qué, esos símbolos se transforman en trincheras”, dice Arellano.
El especialista, con más de 17 años acompañando a familias empresarias, ha visto todo tipo de conflictos: desde batallas legales por parcelas y tienditas, hasta disputas por empresas consolidadas. Su experiencia, tanto en México como en Estados Unidos, le ha permitido detectar un patrón: la falta de diálogo previo.
La clave: anticiparse con un Protocolo Familiar
Hablar de herencias no es fácil. Culturalmente, en México sigue siendo un tema tabú. Pero como apunta Arellano, el testamento no basta. “Es como entregar un mapa sin explicar el terreno”.
Por eso, recomienda la creación de un Protocolo Familiar: un documento acordado por todos los miembros relevantes de la familia que define las reglas del juego. ¿Quién puede trabajar en la empresa? ¿Cuáles serán los sueldos y bonos? ¿Cómo será el proceso de sucesión? ¿Qué papel tendrán quienes no están involucrados directamente?
Este protocolo no es únicamente un acuerdo legal, sino también una herramienta emocional y estratégica. Proteger el patrimonio implica también proteger a las personas: evitar decisiones precipitadas, conflictos por divorcios o disputas legales prolongadas que afectan tanto el negocio como la armonía familiar.
La historia se repite, incluso con los famosos
El reciente conflicto entre los hijos y la viuda de Roberto Gómez Bolaños (Chespirito) tras el lanzamiento de una serie biográfica evidenció, nuevamente, lo que ocurre cuando no hay reglas claras. “Hay un mito de que los famosos tienen todo resuelto porque tienen abogados, pero muchos mueren sin haber dejado instrucciones claras, y su legado termina destrozado por las interpretaciones de quienes se quedan”, subraya Arellano.
La clave es simple, pero profunda: nadie cree que se va a morir. Y por lo tanto, nadie habla a tiempo.
Tres pasos para blindar el legado
Arellano sugiere un enfoque claro para cualquier empresario familiar que quiera evitar una crisis futura:
- Hablar en vida: abrir los temas difíciles antes de que el conflicto aparezca.
- Documentar con claridad: dejar por escrito los acuerdos, sin ambigüedades.
- Buscar ayuda externa: contar con un facilitador neutral que permita construir puentes.
“El legado no se trata de cuánto tienes, sino de cómo te aseguras de que eso tenga sentido después de ti”, dice el especialista. En su experiencia, el problema no es jurídico, sino emocional. Por eso, trabajar con profesionales que comprendan la dinámica familiar es esencial.
¿Qué están haciendo las empresas que sí trascienden?
Las empresas familiares que han logrado sobrevivir y crecer generación tras generación tienen algo en común: profesionalizan su operación sin perder su esencia familiar.
Esto implica:
- Separar claramente los roles familiares de los empresariales.
- Establecer criterios objetivos para contrataciones, ascensos y distribución de utilidades.
- Invertir en formación y liderazgo intergeneracional.
- Crear órganos de gobierno corporativo que incluyan miembros externos.
Arellano, a través de Quiron Group y American Smart Business, ha trabajado con empresas que se han reinventado a partir de estas prácticas, logrando no solo proteger su patrimonio, sino fortalecer su visión de futuro.
El desafío de trascender
En un país donde el 99% de las empresas son micro, pequeñas o medianas (MiPyMEs) —y muchas de ellas familiares—, hablar de estos temas es urgente. Porque más allá de los balances, lo que está en juego es el bienestar emocional, social y económico de generaciones enteras.
Por eso, Empresas familiares que trascienden (disponible en Amazon) no es solo un libro. Es una guía necesaria para todos aquellos líderes que no quieren que su legado termine convertido en una disputa.
Para profundizar más
Si te interesa fortalecer tu empresa familiar, también te recomendamos leer:
👉 Cómo profesionalizar una empresa familiar sin perder su esencia – Una nota que profundiza en la transición hacia la profesionalización sin sacrificar los valores familiares.
Conclusión
Una empresa familiar es un proyecto de vida, pero también es un terreno propenso a los conflictos cuando no hay diálogo ni acuerdos claros. La historia nos enseña que la falta de planificación puede destruir lo que tomó años construir.
Como señala Jorge Arellano: “Hablar de herencias es hablar de amor, de respeto, de visión. Lo contrario es dejar una bomba de tiempo”. Y esa bomba puede estallar en cualquier familia, famosa o no.
Invertir en un Protocolo Familiar, anticiparse a los conflictos y acompañarse de especialistas no es un lujo: es una necesidad para garantizar que el legado de tu negocio perdure y se transforme en orgullo, no en discordia.
¿Te gustaría blindar el futuro de tu empresa familiar? Comparte este artículo con quienes estén construyendo contigo el legado.
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