5 procesos de validación de identidad

La diversidad del ecosistema digital ha permitido que cada vez más personas incorporen sus rutinas o actividades con este entorno. Desde la interacción, hasta el trabajo o las compras tienen un componente digital que ya forma parte del día a día de muchos usuarios.

“La manera en que ahora llevamos todas nuestras rutinas diarias de manera digital hace que sea fundamental que se valide la identidad de las personas que están del otro lado de una aplicación o una transacción en internet. Más allá de hablar de desconfianza, se trata de construir un ecosistema digital seguro, que por un lado apoye a las empresas en su crecimiento, y por otro brinde mejores productos y servicios para los usuarios”, explica Ricardo Robledo, director general y fundador de Tu Identidad, plataforma especializada en validación de identidad de empresas y usuarios.

Actualmente, el mercado de la autenticación avanzada tiene un tamaño de 13,000 millones de dólares, según estimaciones de Research and Markets. Sin embargo, se calcula que su tasa de crecimiento anual compuesto quede alrededor de 15.6% a lo largo de los próximos cinco años.

“Conforme más incorporamos el panorama digital a la vida diaria, se vuelve más evidente la importancia del KYC o KYB (Know your Business). Estos procesos pueden implementarse sin importar si se trata de una red social, de un ecommerce o de una empresa de venta de boletos, la validación de identidad tiene el potencial de brindar seguridad y certeza para cualquier compañía, y se ha hecho de forma tan amigable con el usuario que incluso en muchas ocasiones pasa desapercibido”, apunta Robledo.

5 procesos de validación de identidad

De acuerdo con Tu Identidad estos son 5 ejemplos de validaciones de identidad con las que convivimos de forma habitual y ya se han vuelto parte importante de nuestras vidas:

  1. Doble autenticación en aplicaciones

Uno de los procesos de validación de identidad más comunes hoy en día es la autenticación doble o multi factor en alguna aplicación. Funciona particularmente con servicios de mensajería en los que se solicita, además de la contraseña de acceso, una clave diferente para evitar la posibilidad de un hackeo. De igual modo, sirve para utilizar dos criterios de acceso y así robustecer la seguridad de las aplicaciones por ejemplo, con el uso de biométricos dactilares.

  1. Claves de un solo uso para transacciones

“Una de las industrias que más deben emplear la validación de identidad  (incluso es obligatoria por ley) es la financiera. En buena medida las claves de un solo uso son ideales para crear mecanismos de seguridad sólidos a la hora de concretar una transacción en línea. Al tratar de hacer una compra, es necesario revisar el sistema de SMS o el correo electrónico del usuario para poder llevarla hasta el final”, agrega el fundador de Tu Identidad.

  1. Revisión de identificación oficial

Con cualquier trámite oficial, la mayoría de las veces es necesario presentar una identificación oficial que, en el mejor de los casos, es revisada y contrastada con registros públicos y civiles. Éste es un proceso de validación de identidad tan común que ya ni se registra como tal, pero es uno de los principios básicos del KYC y que es parte de toda cotidianidad hoy en día.

  1. Uso de comprobantes de domicilio

Similar al punto anterior, con frecuencia se debe validar la identidad de una persona con el domicilio en el que vive. En muchas ocasiones se pide que el comprobante esté asociado con el nombre de la persona en cuestión o con algún tipo de vínculo, como puede ser el apellido o un contrato de arrendamiento o, incluso, de compraventa de un bien inmueble.

  1. Reconocimiento facial en celulares

“Los lectores biométricos son los instrumentos tecnológicos más avanzados hoy en día que tenemos en materia de validación de identidad. Los más avanzados, por ejemplo, incluso pueden registrar si hay signos de vida detrás de la imagen que se está registrando; para evitar, en ese sentido, la suplantación de identidad mediante fotografías o videos robados de internet”, concluye Ricardo Robledo.

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