En un contexto donde las pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) mexicanas enfrentan crecientes presiones para formalizarse, atraer talento y mantenerse competitivas, surge una pregunta fundamental: ¿cómo brindar bienestar laboral sin comprometer la salud financiera del negocio?
La respuesta puede estar en un recurso tan legal como subutilizado: el salario en especie. Esta alternativa permite ofrecer beneficios no monetarios, que forman parte del salario total del trabajador, pero sin requerir un desembolso en efectivo inmediato. Su implementación correcta no sólo cumple con la ley, sino que también construye una cultura organizacional más sólida, humana y profesional, con ventajas fiscales para el empleador.
¿Qué es el salario en especie?
De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, hasta un 30% del salario total puede otorgarse en especie, siempre que se cumplan tres condiciones clave:
- No sustituya el salario base.
- Sea proporcional y razonable.
- Se documente claramente en contratos o anexos.
El salario en especie permite a los empleadores incorporar beneficios que atienden necesidades reales de sus colaboradores y, al mismo tiempo, ofrecen deducciones fiscales si se entregan mediante medios autorizados por el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

¿Qué puede ofrecerse como salario en especie?
Esta modalidad se adapta perfectamente a los requerimientos de empresas con presupuestos limitados, pero con una visión estratégica de largo plazo. Entre los beneficios más comunes que puede otorgar una empresa en especie destacan:
- Apoyo alimentario: mediante vales electrónicos de despensa o comida, aceptados en miles de comercios a nivel nacional.
- Transporte: tarjetas de transporte público o subsidios en gasolina para empleados que se desplazan largas distancias.
- Salud y bienestar: acceso a consultas médicas, membresías de gimnasios o seguros básicos.
- Educación: suscripciones a plataformas de aprendizaje en línea, herramientas digitales o cursos de formación continua.
Estos apoyos deben entregarse por medios como monederos electrónicos autorizados, como los que ofrece Edenred México, firma líder en soluciones de pago y beneficios laborales.
Ventajas para las pequeñas empresas
Según el INEGI, en México existen más de 4.7 millones de MiPyMEs, que representan el 99.8% del total de empresas del país y generan alrededor del 72% del empleo formal. Sin embargo, muchas operan bajo esquemas informales o con escasos incentivos para sus trabajadores.
El salario en especie puede ser la puerta de entrada hacia una formalización progresiva y a la vez mejorar sustancialmente el clima laboral. Entre sus ventajas destacan:
- Reducción en la rotación de personal, lo cual disminuye los costos asociados al reclutamiento y la capacitación.
- Mayor motivación y productividad, al sentir los colaboradores que son valorados.
- Atracción de talento calificado, al ofrecer beneficios que mejoran la calidad de vida sin incrementar el salario neto de forma directa.
Para Milagros Nadal, General Manager Benefits & Engagement Products de Edenred México, “ofrecer bienestar no tiene que costar millones. Lo importante es diseñar esquemas útiles que fortalezcan la relación entre empleador y empleado”.
Errores comunes al implementar el salario en especie
Aunque es una herramienta poderosa, su implementación requiere cuidado. Según datos recabados por Edenred, los siguientes son los errores más frecuentes cometidos por las empresas:
- No dejar constancia escrita: todo beneficio debe quedar documentado, ya sea en el contrato laboral o en anexos, incluyendo periodicidad, monto y condiciones.
- Rebasar el 30% del salario total: hacerlo puede invalidar los beneficios fiscales o generar conflictos legales.
- Sustituir el salario base por especie: esta práctica es ilegal y puede conllevar sanciones por parte de las autoridades laborales.
- Ofrecer beneficios irrelevantes: lo ideal es realizar encuestas internas o tener espacios de escucha activa para detectar qué necesita realmente el equipo.
Como lo explica Nadal: “No se trata de cumplir por cumplir, sino de establecer una relación más empática entre empresa y trabajador. Cada vale o apoyo es un mensaje claro de que el esfuerzo del colaborador importa”.
Casos de uso: bienestar que genera valor
Muchas pequeñas empresas ya han comenzado a aplicar esta modalidad con resultados positivos y tangibles. Por ejemplo:
- Un restaurante familiar en Puebla comenzó a ofrecer vales de despensa y transporte, lo cual redujo la rotación de su equipo en un 50% en menos de seis meses.
- Una microempresa de diseño en Guadalajara otorgó membresías a plataformas educativas para sus diseñadores junior, lo cual mejoró la calidad de su trabajo y su compromiso.
- En el norte del país, una pequeña distribuidora de alimentos incorporó un seguro médico básico, generando confianza y disminuyendo las ausencias por enfermedad.
Estos ejemplos confirman que no se necesita un gran presupuesto para generar bienestar, sino creatividad, visión estratégica y el cumplimiento de la normativa vigente.

Un paso hacia relaciones laborales más humanas
Al implementar el salario en especie, las MiPyMEs no sólo mejoran el bienestar de su equipo, sino que también envían una señal clara al mercado y a las autoridades: están dispuestas a profesionalizarse y cumplir con estándares laborales, fiscales y humanos.
Este tipo de decisiones ayuda a construir una reputación positiva, fortalece la relación con clientes y proveedores y, en muchos casos, se convierte en una ventaja competitiva frente a empresas informales que no pueden ofrecer estos esquemas.
Además, al operar dentro del marco legal y con herramientas como los monederos electrónicos autorizados, las empresas pueden deducir impuestos y optimizar sus recursos, lo cual genera un círculo virtuoso.
Conclusión: bienestar sin descapitalización, ¿es posible? Sí
En resumen, el salario en especie representa una solución viable, legal y beneficiosa para las pequeñas empresas que desean profesionalizar su operación sin descapitalizarse. Aprovechar este esquema puede marcar la diferencia entre un equipo desmotivado y uno comprometido con el crecimiento del negocio.
En un país donde las MiPyMEs son el motor de la economía, comenzar a implementar estrategias simples pero efectivas como esta puede convertirse en el primer paso hacia un entorno laboral más justo, humano y competitivo.
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