El precio promedio de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) en México alcanzó los $1,875.76, lo que representa una leve reducción del 1.10% en comparación con el mes anterior. Esta variación, equivalente a una disminución promedio de $20.81, no es suficiente para aliviar la presión que sienten los consumidores, ya que los precios de los productos esenciales siguen siendo elevados.
Causas de la deflación momentánea
Este ligero descenso en los precios no responde a una mejora económica estructural, sino a un fenómeno de deflación que surge de una reducción en el consumo. Como explica Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), “la oferta supera la demanda, lo que obliga a los comercios a reducir sus precios para vender sus productos”. Los altos costos relacionados con el regreso a clases, como útiles escolares y uniformes, han obligado a las familias a priorizar esos gastos sobre los alimentos, lo que ha generado esta baja temporal.
Inseguridad y la amenaza inflacionaria
Sin embargo, Rivera advierte que esta deflación será efímera. La ola de inseguridad que azota al país está afectando no solo a la población, sino también a las cadenas de suministro de varios productos, lo que podría revertir rápidamente esta tendencia y provocar un aumento de los precios.
Un claro ejemplo es el homicidio reciente del líder limonero en Michoacán, que ha causado el cierre de empaques en protesta por la falta de seguridad. Esta situación ha generado un aumento del 80% en el precio del limón. Los efectos de la inseguridad también se sienten en estados como Sinaloa, Morelos, Guerrero, y Tamaulipas, donde el crimen organizado ha paralizado la actividad económica en varias áreas.
Precios altos y volatilidad en los estados
El estudio realizado por ANPEC revela que los estados con el mayor encarecimiento de la Canasta Básica fueron Zacatecas (4.63%), Durango (3.80%), Tabasco (3.51%), Estado de México (3.26%), y Colima (3.12%). Además, productos esenciales como el limón, el huevo, y las chuletas de cerdo registraron aumentos significativos, incrementando aún más la carga económica sobre los hogares mexicanos.
¿Qué nos espera?
La relación entre inseguridad e inflación es clara. Rivera subraya que, mientras continúe la escalada de violencia y criminalidad, es inevitable que los precios vuelvan a subir. Esta situación amenaza con prolongar el sufrimiento económico de millones de familias, para quienes el acceso a productos básicos se vuelve cada vez más complicado.
Es crucial que se tomen medidas de seguridad más contundentes para evitar que la inflación regrese con fuerza, afectando aún más a la economía familiar. El panorama sigue siendo incierto, y si bien los precios no han aumentado de manera considerable en el último mes, la tendencia apunta a que la estabilidad será solo temporal.
En resumen, mientras los precios han experimentado una leve baja, la combinación de inseguridad y volatilidad en las cadenas de suministro amenaza con provocar un repunte inflacionario. Para los pequeños comerciantes y consumidores, el futuro cercano podría ser aún más complicado si no se controlan las causas subyacentes de esta problemática.
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