Sin lugar a duda la pandemia de este 2020, afecto considerablemente a todo el mundo, no solo en cuestión de salud, sino en la economía, en lo social, perdidas masivas e inexplicables, momentos de desesperanza y de no saber para donde continuar. Mientras que los noticieros siguen reportando cifras de muertos, en nuestra comunidades más próximas y cercanas vemos la dura crisis económica, para aquellos que trabajan por su cuenta o que tenían un pequeño negocio, comienzan a cerrar las pequeñas tiendas, locales, etc.
La pandemia del COVID-19 ha impactado de manera significativa a las Pymes, las cuales ascienden a 4.1 millones de micro y medianas empresas, según el INEGI (2018), y en su mayoría no contaban con un plan emergente para enfrentar esta pandemia. La pregunta en consecuencia es, que pasará ahora como podemos reactivarnos en lo económco, en los social, pero también en el plano psicologico y motivacional de los empresarios.
Hoy vale la pena apostar a la creatividad de estos empresarios y fortalecer y/o impulsar, la Responsabilidad Social, desde su gobierno corporativo, en lo ambiental y social; acciones concretas que vayan de la mano con la visión, visión y objetivos, para adoptar normas de conducta empresarial que, dentro del libre juego del mercado, minimicen los impactos sociales y medioambientales que la actividad económica de dichas organizaciones conlleva a lo largo y ancho del planeta.
En España, por ejemplo, existen proyectos solidarios donde las empresas, coordinan las aportaciones para la lucha contra el COVID-19 y ajustan su producción para producir mascarillas, equipos de protección, entre otros.
En México, el ingenio, la resiliencia y perseverancia han llevado a pequeños productores a impulsar sus economías desde esta forma innovadora, es así el claro ejemplo de Maizapán, un dulce típico que tiene como ingrediente principal el maíz azul, el cual es producido en Tlaxco. El mazapán, dulce clásico y convencional típico de México, dio un giro en cuanto a creatividad e innovación.
En tan solo cuatro meses, el producto ha sido bien aceptado por la población en el estado, cuentan con 30 sabores y es distribuido en la capital, Huamantla y Tlaxco, pero también en el Valle de México y las delegaciones Benito Juárez, Coyoacán e Iztapalapa en la Ciudad de México. La familia Fuentes tiene la meta de llegar a 50 sabores del producto a base de maíz azul, de ahí que siguen experimentando en Tlaxco, donde tienen pensado crear una línea infantil y otra con relleno, además, buscan el registro de la marca.
Otro ejemplo son los gimnasios, que han reinventado sus actividades y ahora proporcionan comida nutritiva a domicilio o clases personalizadas, es así como las pymes, tuvieron que innovar, reinventarse y explotar el ingenio y creatividad que caracteriza a los mexicanos.
Una vez más podemos ver que las adversidades pueden ser lamentaciones y ver cada día la complejidad de lo que se vive o tomar esa fuerza y unión que nos caracteriza como mexicanos y tomarlo como oportunidades para resurgir e innovar.
Dr. Humberto Muñoz Grandé y Mtra. Georgina Becerril Serna | Académicos de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac México
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